lunes, 24 de noviembre de 2008

El libro de Matematicas...


A Eiko le gustan las cosas pequeñas, las cajitas, los cachorros, los niños... siempre ha querido tener un armario lleno de todo lo que la emociona, poder guardar allí cosas importantes para ella, brisa del mar, papeles de plata de chocolatinas... rizos de pelo y estrellas de mar. A Eiko un día le regalaron un libro gordo, muy viejo y muy grande que hablaba de Matemática Mercantil.Se lo dio “La seña” Pilar, una señora amiga de su madre que tenia las hijas ya casaderas y que a nada que podía tiraba todo a la basura para tener la casa decente si venían visitas. Ese día le entro una fiebre espontánea como un sarampión y entre todas las cosas que iba a tirar estaba el libro.era tan viejo y tan lleno de polvo que al caer desde la parte de arriba del armario la dio un susto de muerte, lo confundió con una rata muerta o con algún otro bicho de nombre aun no definido... luego lo miro como de soslayo, y leyó con esa voz que tenia de órgano de iglesia... ma- te-ma-ti-ca, al llegar ahí decidió que no era ni rata ni peligroso y que a la niña de la vecina le vendría bien” pa el colé”. Así que lo cogió del suelo lo refregó en su mandil y con una gran sonrisa me lo vino a traer a mi casa. Yo lo cogí... agradecí con una sonrisilla el “favor” y me largue pensando ¿qué tendrán en la cabeza las mujeres mayores?
Caía la tarde, me entretenía dando pataditas a la silla que tenia enfrente, los ojos del techo al libro del libro al florero que con unas rosas de ganchillo alegraba la cómoda (según mi madre imperio) y vuelta a empezar... encima de la mesa junto a medio bacata de “foigras”el libro esperaba... lo empuje con un dedito, todavía tenia kilos de polvo... ácaros que con desesperación pretendían que no se les desahuciase del todo. Lo abrí nada interesante... palabras enigmáticas, operaciones absurdas para una mente de diez años, lo fui a dejar en la mesa de nuevo pero en ese momento resbalo y cayo con un sordo estrépito y se quedo así abierto, interrogante... casi provocador. De una esquina entre el lomo y la ultima pagina salía un sobre amarillo lleno de manchas de humedad, Eiko intrigada lo abrió el papel crujió con un sonido parecido al corte de un cristal, Eiko pensó que se iba a desintegrar en sus manos...
Dentro había unas fotos, y cinco cartas. La que le miraba era “La seña Pilar” pero... no.no podía ser ella sus ojos tenían un brillo extraordinario, la falda abrazaba una breve cintura y era blanca y de mucho vuelo, el pelo negro como la más negra noche le caía sobre los hombros y jugueteaba un rizo metiendosele en la boca. Eiko pensó ¡qué hermosa!,Y después e inmediatamente¿qué la habrá pasado?...Eiko no tenia conciencia del tiempo y sus estragos, ni del amor y los suyos.
Leyó, Querida Pilar: por el presente espero estés bien, yo bien gracias a Dios. El Cuartel esta muy bien y nos dan de comer todos los días, y algunos de ellos hay pollo y naranjas... que sabes como me gustan.
Al llegar a este punto Eiko perdió su interés hasta que al coger otra carta leyó... el portal de casa de tu abuela aun guarda nuestro aliento, y en ese rellano donde mis manos te sacaron los colores quien pase no podrá sino detenerse y respirar mas fuerte, porque el deseo se pega a las paredes como si fuera cal y el mío por ti transciende la distancia...
Se quedo muda, un calor le subía de la garganta al nacimiento del pelo y de allí a la nuca con un escalofrió que la hizo sentarse y devorar una y otra vez aquellas cartas de amor para otra.
Nunca volvió a mirar a La seña Pilar de la misma manera, ahora las dos compartían un secreto, una sin saberlo claro... y entendió el poder de la mirada de un hombre sobre la piel del cuello y el delicioso desmayo que reenciende al recordar por la palabra el hecho... y conoció que los libros encierran siempre secretos oscuros y perfumados, y también que la inocencia y el placer pueden estar unidos. Aquella tarde Eiko descubrió que lo que más deleite le iba a producir en un futuro era que le escribiesen cartas de amor y se las leyesen luego a “cau d’orella,” preciosa frase que aquel catalán desde Gerona escribía a “su Pilar”, y que Eiko tomo como propia.Muchos años mas tarde alguien se la susurro y en ese momento le sobrevino un orgasmo, rió inagotable de infantil y exquisito placer matemático.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Se acerca Navidad...


Llegan las Navidades, cada vez mas pronto la ciudad se cubre de colores serpenteantes, de luces en los árboles que a falta de hojas reciben esas bombillas como a quien le regalan un traje prestado. -Eiko se pone un poco triste en Navidad, a ella le parece que algo no cuadra que algo se escapa y resbala de su significado y que todo se traviste de una alegría poco natural... claro que Ella es la que se lo transmite, y Eiko no tiene argumentos para rebatirle tanta soledad.
Eyko y ella ya pasaron una Nochevieja solas, fue el primer año en el que no hubo árbol, ni lucecitas de los chinos, ni comida especial... ese día un dolor sordo las ataba a las dos con una soga fuerte de donde se prendían candados de silencios, palabras medio dichas, infidelidades que pesaban como losas de muerto. Aquella Nochevieja amanecieron las dos solas en la habitación de una casa vacía que siendo la suya no reconocían como propia... y sin la risa del ángel rubio que siempre esta con ellas.
Eiko, por proponer, la hizo pintarse, vestirse, ponerse un vestido de fiesta... y juntas sentaditas en el salón de la casa vacía, apuraron las doce campanadas con tragos de esperanza y champán... lo malo fue que Eiko es tan pequeña que antes de llegar a la quinta un rió de tos lleno de lagrimas despidió a la esperanza de la fiesta... el resto, de las campanadas sonaban a martillo y solo las pudieron acallar bebiendo un poco mas... aunque sentase a rayos, al fin y al cabo era Nochevieja... y en Nochevieja se ríe, ¿no?.

martes, 11 de noviembre de 2008

Los Pilares de la Tierra


El la regalo un libro, Los Pilares de la Tierra, en la dedicatoria se leía... A Marie Claire, la niña de mis ojos... el con letra firme escribió debajo, “Para... la niña de los míos”... se lo dio al despedirse de ella... en el Adén se escuchaba ulular el tren con un quejido de animal herido. Apretaba contra su pecho aquel libro como un tesoro, como una tabla de salvación, como él ultimo hilo que la ataba a esa vida que se alejaba vertiginosamente... la quise consolar, quise que me escuchara, la hable con palabras pequeñas, menudas de cosas sin importancia-importantes, de lo que a los niños nos hace sentir estrellas en la niebla... pero como no dejaba de destrozarnos el corazón con ese llanto tan denso como una tormenta, ese día nos ahogamos las dos repitiendo... Para la niña de los míos... de los míos... de los míos... Después llego el silencio, y nos dormimos.

domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Que te pasa ahora?


Eiko abre la ventana...se sienta y mira, mas allá en alguna parte de esa ciudad que la atemoriza esta el verde-montaña y el azul-mar y el negro de la mina, y los cantos con sabor a pan caliente, y las mañanas de coleta apretada y agua fría que ponían rosas en las mejillas...y la lluvia que en esa época solo era un canto gris para poner final feliz al dia. Eiko sonríe al recordar, sabe que siempre puede volver, sabe que solo con cerrar los ojos y tirar un poquitin de los hilos adecuados, todo se despliega como un mágico mapa, sabe que si quiere se mecerá en los brazos de la ternura que tantas veces sin llamar aparece y pregunta¿A ver hija, que te pasa ahora?...

jueves, 6 de noviembre de 2008

La vida transcurre...


A Ella le dolía su silencio con un dolor callado... comedido...
”educado” ya apenas hablaba de el, y si lo hacia era de paso, como no dándole importancia, solo dejaba asomar el sufrimiento una décima de segundo. Le brillaban los ojos con un centelleo oscuro, de niebla, de jugador próximo a la derrota, y en ese momento Eiko sabia que Ella no había olvidado y que como una mala enfermedad la estaba aniquilando por dentro. Eiko se esforzaba por hacerle ver los colores, y el cambio de estación, y le cantaba ilusiones de futuro con una voz blanca y limpia con unos labios que siendo los suyos no habían probado la boca que ahora la estaba quemando el pensamiento si Ella recordaba.
Ella la miraba con dulzura y se abrazaban la una a la otra intentando exorcizar aquel amor que cada vez mas frió estaban intentando sepultar en alguna parte donde no pudiesen encontrarlo, ni Eiko, ni Ella...
La tarde mansamente se vestía de noche, en algún lugar del mundo él, inocente seguía respirando. A pequeños sorbos Eiko respiraba por ella, que solo respiraba por él... y la vida transcurría.

Buenas y preciosas noches



Dejame un lucero en la mesilla...es por si me despierto por la noche,ah...tambien agua,hace tiempo que me estoy muriendo de una sed que no acaba...y claro esto a Eiko la tiene desconcertada...

martes, 4 de noviembre de 2008

Cuentame un Cuento...




Me contaras un cuento?...un cuento que me hable de lo que conozco y no he vivido. Asústame a la Melancolía que es una bruja mala... Cuéntame que es lo que despierta los sentidos... Azúcar, Canela... y dulces nubes de algodón, para quitarme el susto de esta noche tan larga...
Eiko canta bajito su canción a las Hadas. y espera...y confía...y sabe que el Otoño acaba en el invierno...y que a este sucede La Primavera...Eiko lo sabe¿y tu?

lunes, 3 de noviembre de 2008


Eiko siempre sueña con viajar, no es que la limite su pequeño mundo, no es que se sienta mal en él, ni siquiera es porque se aburra... no. Eiko sueña siempre con los viajes porque sabe que la respuesta se encuentra allí.
Desde que ella siente ese pequeño y mágico impulso que la hace preparar todo para la partida, singularmente comienza un proceso de aparición de personas, sucesos, y causalidades sorprendentes, y tan extraordinarias, que solo un alma inocente puede asumirlas con naturalidad... con esa sonrisa que a Eiko le cuesta tan poco.
Eiko sueña con los viajes, y entre tanto lleguen, esta poco a poco viajando por el interior de sus pequeñas alegrías y dolores... abre sus ojos a la luz, tiembla al contacto con la cordura... pero lo que más teme es que la mujer en la que mora la abandone nuevamente.
Eiko, NO QUIERE ESTAR SOLA Y A OSCURAS NUNCA MAS... y yo en eso, estoy con ella.